SALT LAKE CITY, UTAH; 7 de Marzo de 2010. | Mormon Times - EE.UU | Cuando la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días recientemente adquirió 13 acres cerda de 400 South y la calle Principal en la ciudad de Lago Salado, algunos se preguntaron si la Iglesia estaba en expandir su tradicional búfer alrededor de la Manzana del Templo.
Sin embargo, los Líderes de la Iglesia no lo ven de esa forma.

“Algún día, el extremo sur de la Ciudad de Lago Salado va a ser una parte importante del desarrollo económico de esta ciudad. Queremos conservar parte del inicio y realmente maximizar lo que puede hacerse para bendecir a la ciudad, la calle Principal y sus alrededores. La Iglesia intervino para asegurarse de que estaba disponible cuando llegara el momento económicamente para hacer algo que ocurriera en esa parte de la ciudad”.

En una amplia entrevista con Deseret News, el Obispo Burton, Obispo Presiente de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días, examinó la filosofía de la Iglesia acerca de los bienes raíces.
En muchos sentidos, aquel propósito es representativo de las formas en que la Iglesia, uno de los propietarios de propiedades más grandes de la ciudad y la ciudad ha trabajado mano a mano más de un siglo para transformar lo perdido como áridos de terrenos baldíos en una de las ciudades más vibrantes en el oeste.
“Este es nuestro ADN para hacer crecer la flor en el desierto” señaló el Obispo Burton, que cada proyecto, la ciudad ha asumido en Lago Salado parte de la visión de Brighan Young.
“Estamos comprometidos a hacer nuestra parte para hacerlo seguro, hermosa y agradable comunidad donde las personas puedan disfrutar los unos y otros, puedan disfrutar de las bendiciones de vivir de las cimas de las montañas, y puedan tener la seguridad y educación para sus familias. Por eso estamos cerca en parte, para ayudar con la mejora de la comunidad”.
“Este ha sido el objetivo de la Iglesia por todos estos años. Asegurarse de que esta flor del desierto, este auge del desierto, que es un lugar hermoso, seguro. Empezó en Kirtland, continuó en Nauvoo. Pienso en lo que tuvo lugar en St. George, en Manti, en Logan y finalmente en la Ciudad de Lago Salado, y luego continua desde allí. Pero el desarrollo de la comunidad siempre ha sido parte del ADN de la Iglesia y continua hoy en día”.
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