“Cada alumno es importante”, señaló el Elder M. Russell Ballard del Quórum de los Doce a los maestros de Seminario e Instituto el 3 de agosto en el Teatro del Centro de Conferencias en la Manzana del Templo. Aún cuando la emisión se originó en la Ciudad de Lago Salado, los maestros de todo el mundo pudieron participar a través de una emisión vía satélite.
El Elder Ballard señaló: -“Cada hombre y mujer joven tiene un destino en esta Iglesia para servir al Señor en alguna capacidad. Y en cada clase de Seminario, en cada clase de Instituto en todo el mundo, ustedes pueden estar enseñando a un futuro Obispo, una futura Presidenta de Sociedad de Socorro, un futuro Setenta e incluso aún estar preparando y enseñando a un futuro miembro del Quórum de los Doce. Un maestro no sabe aquello”.
“Por lo tanto, un maestro tiene que estar realmente centrado y ser útil en la vida de cada uno de los jóvenes que tiene responsabilidad debido a que no solo está intentando prepararlos para el día cuando ellos sirvan una misión, está preparándolos para que lleguen a ser bueno padres, los está preparando para que lleguen a ser buenos líderes en la Iglesia, los está preparando para que lleguen a escoger una vocación. Si realmente se han comprometido con lo que un maestro de seminario o instituto puede entregarles, creo que es un paso gigante en la educación”.
En un discurso pre grabado, el Elder Ballard, el Elder Paul V. Johnson de los Setenta quien sirve como Comisionado de la Educación de la Iglesia y Chad Webb, Administrador de la educación religiosa del Sistema Educativo de la Iglesia, analizaron formas con las cuales los instructores pueden convertirse en maestros más eficaces. El Elder Ballard habló de la necesidad de los maestros del Sistema Educativo de la Iglesia pasar tiempo en la preparación en el estudio de la escrituras y en la oración para ser dignos de calificar y tener el espíritu en su enseñanza. También habló de tener en orden sus vidas.
“Creo que la cosas tienen que estar bastante bien en casa. Creo que es bastante difícil para un maestro que tiene dificultad en casa y a continuación tratar de entrar en la enseñanza y tener este tipo de energía para convertir y transmitir el poder del Espíritu en los corazones de los estudiantes que ellos tienen”.
Otra manera que puede ayudar a los estudiantes a aplicar lo que han aprendido es haciendo preguntas eficaces.
El Elder Johnson señaló: -“Una de las claves es realmente darse cuenta como son consideradas las cosas del evangelio con el fin de hacer de hacer que ellas sean capaces de hacerse – escuchar de las escrituras – experimentar la palabra…creo que la acción que los estudiantes tomen es una parte crucial. Realmente esperamos que se convierta en parte de sus vidas y cambie sus vidas. Por lo tanto lo que hacemos en las salas de clases y fuera de ellas debería ayudarlos a llevarlos a experimentar sobre la palabra y luego actuar siguiendo a través de vivir los mandamientos. Esto es lo que impulsa el Evangelio en sus corazones”.
Elder Ballard agregó al pensamiento de Elder Johnson, comparando la enseñanza y la comprensión para el rol de un misionero.
“Si un misionero enseña un principio, o un maestros de seminario o instituto enseña un principio, tiene que hacer preguntas fuera de la búsqueda. Nuestra experiencia han sido cuando, particularmente los misioneros o cualquier maestro puede realmente enseñar un principio claramente y a continuación reafirmar que hubo conexión en sus corazones y no se convierte en un solo ejercicio mental, pero es algo que ellos internalizan”. Al compenetrar lo que a los estudiantes se les enseña, ellos también estarán mejor preparados para enseñar como misioneros.
“En la preparación de hombres y mujeres jóvenes para sus misiones, consigan que se enamoren del evangelio y que estén entusiasmados con ese día cuando puedan ser llamados para ir entre el mundo como siervos del Señor Jesucristo a testificar y ser testigos de Él y la realidad que Él ha restaurado mediante el Profeta José Smith, la plenitud del evangelio. Cuando esto se inicia en una edad temprana, van a estar mucho mejor preparados para poder enseñar el camino que nos gustaría que enseñen”.
Otro poderoso recurso para ayudar a los estudiantes es comunicar y trabajar juntos con los líderes locales de la Iglesia y los Consejos de Barrios.
“Amamos a los jóvenes, que amen a los jóvenes, ellos son claves. Estamos allí para ayudarles a avanzar en su progreso con sus jóvenes, estamos allí para bendecirles y apoyarlos. Si somos precisos y oportunos en cualquier información que les demos, aun si se tratara de información sobre asistencia o inscripción, es útil para ellos que tomen mejores decisiones sobre la mejor manera de abordar esas cosas”.
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