La pista llegó a su término. El tren de aterrizaje falló. El avión se estrelló contra grandes rocas y un montón de arena. Las luces en la cabina estaban apagadas.
Los gritos llenaron la obscuridad absoluta. El bagaje voló de los compartimientos de arriba al igual que los misiles. El avión se rompió en dos diferentes partes.
Al momento que el vuelo 331 de Aerolíneas Americanas finalmente se detuvo, el fracturado Boeing 737-800, estaba a 10 pies lejos del Mar del Caribe.
Finalizado su servicio, la hermana Meddow, regresaba a su nativo hogar de Jamaica después del fiel cumplimiento en la Misión del Norte de Georgia en Atlanta para la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, manteniendo un sentido transcendental de paz y calma, atributos dados como parte de su bendición recibidos de su Presidente de Misión, Steven D. King, quién se la entregó el día anterior, seguida de su entrevista final.
La hermana Remounah Meddow. Foto cortesía de la Misión.
La hermana Meddow comentó: -“Recordé la palabras del Presidente King, de manera que pedí a mi Padre Celestial una mente clara. Para mi sorpresa, seguí estando consiente. Estaba completamente al tanto de lo que estaba pasando. Las acometidas de la adrenalina no estaban presentes. Estaba completamente en paz y calma”.
La hermana Meddow mantenía esa paz de mente, aún antes de salir del avión. El combustible del avión se derramó rápidamente. Una vez en tierra ella confortó a sus compañeros de vuelo, tranquilizándolos que nadie había fallecido y que todo iba a estar bien.
El vuelo 331 de Aerolíneas Americanas desde Miami a Jamaica estrellado. Los 148 pasajeros y seis miembros del avión sobrevivieron la dura prueba.
“Tiré mi bolso de debajo de mi asiento y evacué rápidamente por una de las aberturas cuando mi cabeza se mojó con el combustible que venía de la parte superior del avión. Fue un milagro como yo y otros pasajeros salieron del avión”.
El vuelo 331 de Aerolíneas Americanas con su fuselaje quebrado en dos partes, a 10 pies del océano.
“Entonces pensé sobre el incidente y expresé gratitud a Mi Padre Celestial por la bendición que recibí de mi Presidente de Misión. Me preparó para estar en sagrada concordancia con el Espíritu. Le agradezco a El por no tener huesos rotos y preservar mi vida”.
Después del impacto la hermana Meddow fue llevada al hospital para exámenes de lesiones de cabeza y otros de importancia. Ella pasó la noche en la Casa de Misión de Jamaica y retornó a su hogar de Santo Tomás.
Conocida por sus amigos y familiares como Tracy, la hermana Meddow se unió a la Iglesia a la edad de nueve años. Es la segunda de cinco hijos, los demás hijos son varones. Ella fue entrenada como una enfermera y aspira ahorrar bastante dinero del trabajo para pagar una educación universitaria en los Estados Unidos o Jamaica.
La hermana Michelle King, esposa del Presidente King, señaló: -“Ella es grande, muy especial, muy en comunión con el Espíritu, una hermosa mujer joven. La hermana Meddow está llena de amor y de mucha calma, siempre muy resistente”.
La hermana Meddow intenta entusiasmada aplicar las lecciones que aprendió en la misión, en una vida feliz y de recompensa.
Finalmente la hermana Meddow comentó: -“Estoy tan agradecida por mi misión, que ayudó a reconocer los susurros del Espíritu, a escuchar y obedecer. Necesitamos la compañía del Espíritu Santo en nuestras vidas constantemente, y vivir vidas rectas para dignos de esa compañía”.
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