PROVO, UTAH; Enero 8 de 2011 | Church News – EE.UU |-
Un nuevo estudio publicado por la Universidad de Brigham Young en la revista de psicología familiar de la Asociación Psicológica Estadounidense, muestra que aquellas ideas no son compatibles con la investigación, y que incluye a personas de todas las edades, razas y orígenes religiosos.
Dean Busby, Profesor de BYU y autor principal del estudio indicó –“Muchas personas piensan que la compatibilidad sexual debe ser una de las primeras cosas en averiguar. Sin embargo, no hemos encontrado ningún beneficio para la actividad sexual temprana”.
De hecho, los investigadores llegaron a encontrar que la temporización sexual en relaciones tiene un gran efecto sobre la calidad de las relaciones y la satisfacción general. Llegaron a la conclusión que las personas que esperaron hasta el matrimonio para tener relaciones sexuales experimentaron más satisfacción, estabilidad y mejor comunicación en las relaciones entre sí.
Para los miembros de la Iglesia, el concepto de esperar para tener relaciones sexuales hasta el matrimonio no es nuevo, el mandamiento es un principio eterno alentado desde una edad temprana y lo enfatiza en los programas de la juventud de la Iglesia y en el folleto Para la Fortaleza de la Juventud.
La investigación recientemente publicada muestra algunos de los otros beneficios, más que lo espiritual, que proviene de la abstinencia hasta el matrimonio.
El hermano Busby comenta –“la investigación lo admite desde un punto de un ángulo diferente, que parte de nuestra esperanza, hace que la gente piense que tal vez hay más en este mandamiento para estar con una persona, se construyen relaciones de manera muy importantes y ayuda a las personas a tomar mejores decisiones con quien casarse”.
Los investigadores demuestran que a medida que las personas desarrollan su relación al retrasar la abstinencia sexual de intimidar son capaces de fundamentar las formas de comunicarse y otros procesos sociales.
“Cuando las parejas a temprana edad tiene relaciones sexuales, otras áreas Tampoco se desarrollan. Las parejas que esperan antes de estar casas esperan pasar tiempo hablando y compartiendo su vida, conocerse entre sí de otras maneras, reforzando sus relaciones y creando una mayor satisfacción de relación a lo que vendrá”.
El hermano Busby junto a otros maestros de BYU, Jason Carroll y Brian Willoughby, comenzaron a estudiar la intimidad sexual a fines de 2007. Más de 2.000 matrimonios fueron invitados a responder preguntas mientras participaban en una evaluación en línea denominada “Relacionar”, un estudio que ha recogido datos y realizado investigaciones sobre diferentes aspectos de las relaciones y el matrimonio por más de 30 años.
La edad promedio de los participantes fue de 36 años, pero la muestra osciló entre mayores de 18 y 70 años de edad. A pesar que el reciente estudio salió de BYU, una institución religiosa reconocida, los investigadores se asegurarán de considerar la situación religiosa, controlar el estudio para que la representación demográfica estadounidense fuera casada. La población incluyó participantes de todas las razas, edades y afiliación religiosa. Solo el seis por ciento del estudio incluyó a miembros de la Iglesia.
“Cuando las parejas comienzan a temprana edad en lo sexual, sin estar casadas, establecen semillas de desconfianza. Sabiendo que la persona no se abstuvo antes con un individuo, aquella relación es sin compromisos y la desconfianza persiste en la relación, conduce a menos estabilidad y confianza”.
“Hoy en día las cosas van marcha abajo. Sobre todo, lo primero es sexo, y a continuación aquellos creen con esperanza que desarrollarán las demás áreas”.
Al final, la investigación demuestra que seguir las normas establecidas por el evangelio contribuye a relaciones más solidas y a una mayor satisfacción sostenida en los principios de lo sagrado.
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