Es un milagro que tengamos la poderosa doctrina, los principios, la poesía y los relatos de la Biblia, pero, por encima de todo, es un milagro maravilloso que tengamos el registro de la vida, del ministerio y de las palabras de Jesús, que fue protegido durante la época del oscurantismo y a través de los conflictos de innumerables generaciones para que pudiésemos tenerlo en la actualidad.
Es un milagro que la Biblia contenga literalmente en sus páginas el Espíritu de Cristo que convierte y sana, y que durante siglos haya hecho volver el corazón de los hombres, guiándolos a orar, a elegir el sendero correcto y a buscar para encontrar a su Salvador.
LA REENCARNACION SE OPONE AL PLAN DE SALVACIÓN DE DIOS Y JESUCRISTO
En mis tiempos de estudiante de la Universidad, al obtener los Post Grado de Diplomado, Licenciatura y Magíster de Logística de Abastecimiento, en el círculo social reflotaba fuertemente la teoría de la reencarnación. Las películas de cine, TV, radios fortalecían y fortalecen este dogma equivocado.
Que dice ese dogma, según “Doctrina Mormona” del Elder Bruce R. McConkie:
La reencarnación o trasmigración del alma - renacimiento de un mismo espíritu en nuevos cuerpos en épocas sucesivas- es una doctrina falsa originada por el demonio.
Es contraria a todo el sistema y plan de salvación según el cual los espíritus nacen en la preexistencia y se les permite pasar por una prueba de mortalidad y entonces, a su debido tiempo, se vuelve de naturaleza inmortal, incorruptible y eterna.
El hombre tiene señalado un tiempo para nacer.”Que mueran una sola vez” (Heb. 9:27), que resuciten una sola vez y a partir de allí “no pueden morir más”.(Alma 11:45;12:18; D. & C. 63:49.)
Si fue dogma desde Adán, Abraham, Jacob, Moisés con la venida de Jesucristo, terminó ese plan.
Cuando me gradué en Instituto de Religión, el estudio profundo de las escrituras me indicaban que este dogma de la Reencarnación era seguido por otras religiones. Sin embargo, la diversidad y el libre albedrío del Padre Celestial hacia sus hijos son enormes y es sagrado.
He visitado en Buenos Aires a la Iglesia Evangélica, en Chile con los Lamas, Testigos de Jehová, Are Chrisnas, Iglesia Católica, Ortodoxa y he encontrado en cada una de ellas, parte de ordenanzas que tenemos completas nosotros en el Templo SUD.
Todas ellas son respetables y sagradas, hablan de las escrituras.
Cada una ofrece un cielo a sus miembros, sin embargo yo me he quedado en el cielo mayor que he encontrado en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Se espiritualmente que cuando algún día, cruce el velo de la muerte, me encontraré con mi hermano mayor Jesucristo, será mi abogado ante el Padre Celestial y me dará mi grado de gloria según mi dignidad ante Él. Por supuesto, hoy trabajo para merecer la Gloria Celestial junto a mi esposa Sara.
No concibo espiritualmente, que por el solo hecho de vivir a “mi manera” creyendo solo en Dios, cuando cruce el velo automáticamente regresaré a la Tierra como bebé u otro cuerpo y saltarme en el Plan de Salvación a Jesucristo. NO ES ASÍ.
El año 1977 al 1981 fui el Job del Antiguo Testamento, perdí salud, trabajo, sin embargo, nunca negué a mi hermano Mayor, Jesucristo y cuando encontré en la calle a los Elderes, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días, para que me dieran las Charlas, ellos me leyeron esta escritura que José Smith leyó:
“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada,
Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra”.
Mi redentor a partir del año 1983 comenzó a restaurarme todo lo que había perdido y 100 tantos más hasta hoy.
¿He de negarlo’
Nunca, Jamás
Él Vive, lo sé, y está a la diestra del Padre Celestial y el Espíritu Santo es nuestro guía.
Ahora te toca a ti, buscar el cielo mayor.
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