Todos nosotros nos hemos dado cuenta del medio ambiente en decadencia en el que se vive. Aún así, tenía que ser un profeta de Dios, el presidente Gordon B. Hinckley, quien pusiera las condiciones del mundo y nuestras oportunidades en una perspectiva clara y transparente. En dos de sus recientes comentarios a los líderes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares, se ilustra esa visión profética.
Primero en relación con el desafío que afrontamos:
“La familia tradicional está bajo un intenso ataque. No sé si las cosas eran peores en los tiempos de Sodoma y Gomorra… Vemos condiciones similares hoy en día, que reinan por todo el mundo. Pienso que nuestro Padre debe llorar al contemplar a Sus hijos e hijas descarriados”
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